Alopecia nerviosa: qué la causa y cómo se trata

La alopecia nerviosa, conocida como efluvio telógeno, se desencadena por estrés y tensiones emocionales que afectan el ciclo de crecimiento capilar. Reducir los niveles de estrés y aplicar tratamientos capilares adecuados puede ayudar a revertir la caída. Es esencial consultar con expertos en dermatología y salud mental para abordar tanto la causa como la recuperación del cabello.

La alopecia nerviosa es una enfermedad en la que se pierde cabello de la cabeza debido a que la persona que la padece está sometida a altos índices de estrés.

Durante situaciones estresantes, el cortisol aumenta en el organismo, lo que disminuye la actividad de fibroblastos y queratinocitos e inhibe la síntesis de colágeno y mucopolisacáridos. Esto termina debilitándolos y, por lo tanto, que el cabello se vaya perdiendo.

El cortisol es una hormona que en cantidades elevadas puede ser perjudicial para la salud porque provoca malestar físico y mental. Existen tres tipos de alopecia provocadas por el estrés:

  • Efluvio telógeno. Alteración en el ciclo del crecimiento del pelo que produce su caída durante un periodo corto de tiempo, en dos o tres meses. Es muy frecuente en mujeres jóvenes y en pacientes de la tercera edad.
  • Tricotilomanía. Trastorno psíquico causado por ansiedad que hace que la persona arranque su propio cabello. Puede estar desencadenado por sentimientos de soledad o tristeza.
  • Alopecia areata. En este tipo de alopecia nerviosa, el sistema inmunológico reacciona al estrés atacando los folículos pilosos, evitando su crecimiento.

Afortunadamente, la alopecia nerviosa es temporal, pues una vez superado el episodio de ansiedad, el cabello vuelve a nacer.

Lo anterior ocurre siempre y cuando la persona no tenga una enfermedad autoinmune como alopecia areata o cualquier otra que genere caída de cabello.

¿Quiénes son propensos a desarrollar alopecia nerviosa?

Como el estrés constante es el factor principal para que se presente la alopecia nerviosa, cualquier persona, de cualquier edad, es propensa a desarrollar la enfermedad. Sin embargo, hay algunos factores extra que la pueden desencadenar:

  • Personas con episodios de ansiedad.

La ansiedad va de la mano con el estrés, por lo que una persona con el padecimiento puede tener como consecuencia la caída repentina del cabello.

  • Personas que vivieron sucesos estresantes recientes.

Muchas personas notan una reducción general del grosor del cabello meses después de haber sufrido un choque emocional o físico como un accidente, asalto, pérdidas materiales o de familiares.

  • Personas con trastornos mentales.

Al ser la alopecia nerviosa una consecuencia del estrés y ansiedad, las personas con trastornos psiquiátricos, mala calidad de sueño, depresión, comportamiento antisocial y problemas académicos o laborales son propensas a desarrollarla.

Una de las formas de tratar la enfermedad es apoyarse de un proceso psicoterapéutico que ayude a mejorar el estado anímico del paciente.

¿Cómo ayuda el injerto capilar a las personas con alopecia nerviosa?

Por lo general el cabello perdido durante la alopecia nerviosa vuelve a crecer después de que la persona recupera su estabilidad emocional, pero si se convierte en un problema crónico o se trata de un tipo de alopecia con origen genético, la pérdida de pelo puede ser irreversible.

En estos casos es donde se recomienda el injerto capilar, pues podría ser una buena forma de mejorar el estado ánimo del paciente y ayudar a que su recuperación sea integral: física y mental.

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