Toxina Botulínica

La toxina botulínica es una sustancia ampliamente utilizada en medicina estética y terapéutica. Su capacidad para relajar músculos específicos la convierte en una herramienta efectiva para tratar arrugas, mejorar la apariencia facial y abordar condiciones médicas como migrañas o espasmos musculares.

Aplicación de Toxina Botulínica: Técnica y Seguridad

La aplicación de toxina botulínica suele hacerse generalmente en el rostro con la finalidad de que se produzca parálisis muscular. La sustancia química conocida habitualmente como bótox, actúa sobre las células musculares y bloquea su actividad. La toxina botulínica es una molécula que está presente en la naturaleza, la produce la bacteria Clostridium botulinum, y se utiliza para generar parálisis muscular y tratar enfermedades neurológicas relacionadas con la hiperactividad muscular.  En el campo de la medicina estética se utiliza el bótox para evitar que ciertos músculos se contraigan, lo que bloquea o minimiza su capacidad de movimiento. Modulando así los movimientos de la piel y evitando la formación de las arrugas.  ¿Dónde se inyecta la toxina botulínica? La aplicación de la toxina botulínica se debe realizar en el tercio superior de la cara, es decir, en la frente, el entrecejo y las patas de gallo. Comienza a hacer efecto hasta el tercer o cuarto día después de la aplicación.   Legalmente,

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