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El ácido hialurónico reticulado es un tipo de ácido hialurónico que se caracteriza por tener una densidad molecular muy alta, lo que le permite actuar de manera profunda y ofrecer resultados a largo plazo debido a su menor degradación y mayor tiempo de reabsorción por parte del organismo.
El ácido hialurónico es una sustancia que genera nuestro cuerpo de forma natural, sin embargo, va disminuyendo su producción con el paso del tiempo. Es por eso que en la medicina estética se emplean diferentes tipos de dicha sustancia para objetivos diferentes, como el ácido hialurónico reticulado.
Entre sus beneficios principales se encuentra su capacidad de rejuvenecer la piel, hidratarla y evitar la flacidez. También rellena las arrugas faciales. Es por eso que su uso cosmético es cada vez más común.
La función principal del ácido hialurónico, tanto naturalmente como aplicado por medio de la medicina estética, es actuar como una esponja reteniendo grandes cantidades de agua para mantener la elasticidad de la piel y alisar su parte más superficial. Además de que crea una barrera única que mantiene la hidratación de la zona porosa.
Ácido hialurónico reticulado
Se aplica por medio de una aguja o cánula muy delgada, cuyas infiltraciones son poco molestas, ya que se utiliza anestesia.
Se aplica mediante una inyección intradérmica y tiene la capacidad de estimular y activar los fibroblastos, lo que proporcionan mayor volumen a la piel y estimulan la formación de colágeno. Las aplicaciones suelen tener un precio que va de los $4,000 a los $10,000 pesos mexicanos, dependiendo de la zona.
Los efectos se obtienen de manera inmediata, se notan los cambios en pocos minutos y lucen naturales, siempre y cuando el especialista aplique la dosis y las densidades adecuadas en las zonas anatómicas exactas. El efecto suele durar entre los 12 y 18 meses, dependiendo de la zona tratada y las características de cada paciente.
Existen diferentes tipos de ácido hialurónico
La clave para reconocer los diferentes tipos de ácido hialurónico es conocer su composición molecular. Las moléculas del ácido hialurónico forman una malla que al unirse entre sí, crea una estructura reticulada que luce como una red tridimensional de cadenas.
Cuanto más reticulado es el ácido, es decir, cuanto más gruesa es la malla formada por las moléculas, más estable es la sustancia y tiene mayor densidad y durabilidad. Dependiendo de la densidad de cada tipo de ácido hialurónico, las maneras de aplicarlo serán diferentes.
Ácido hialurónico no reticulado
Por otro lado, en el ácido hialurónico no reticulado las moléculas no forman ninguna malla, es decir no tiene retícula y circula libre, provocando que la sustancia tenga una densidad muy baja.
Esta versión se aplica de manera tópica, ya sea en forma de cremas, serums u otros productos estéticos; también en tratamientos de mesoterapia en los que el ácido se combina con otras sustancias y se aplica mediante inyecciones intradérmicas.
El ácido hialurónico no reticulado no tiene efectos tan potentes como el reticulado inyectado debido a su baja densidad, pero sí ayuda a hidratar y a dar un aspecto más luminoso y saludable. Sin embargo, no aporta volumen.
¿Para que se aplica el ácido hialurónico en la piel?
Con el paso del tiempo, el organismo produce menos ácido hialurónico ya que no es capaz de sintetizar la sustancia con la misma fluidez y debido a factores externos como el sol y la contaminación, por lo que la piel pierde elasticidad y envejece a mayor velocidad.
Es por eso que la sustancia se puede aplicar en la piel en diferentes versiones y de distintas formas. Lo más común es acudir a un centro de medicina estética o utilizar productos en formato de crema o de sérum.
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