Durante los primeros días después del implante capilar, la integridad del folículo piloso y la microvascularización local son factores críticos que determinan el éxito del injerto. En este periodo, el paciente experimenta cambios histológicos en el área tratada, así como una necesidad específica de cuidados dermatológicos minuciosos, orientados a reducir la inflamación, promover la cicatrización óptima y prevenir infecciones secundarias. El propósito de este artículo es analizar, con rigor clínico y evidencia científica, las pautas fundamentales que garanticen un adecuado restablecimiento del folículo y, en última instancia, un resultado estético y funcional superior.