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Parecería que el cabello largo en los hombres ha sido una constante, desde historias bíblicas como la de Sansón, cuya leyenda apunta que perdería toda su fuerza física en caso de cortarse el pelo, hasta representaciones de culturas antiguas nos demuestran que las cabelleras largas estaban mucho más presentes de lo que creemos.
La realidad es que el cabello corto en los hombres y el largo en las mujeres es una tradición reciente, una creación moderna que nos ha hecho olvidar aquellos tiempos donde las largas cabelleras eran sinónimo de poder, fortaleza e incluso libertad.
1. Un estilo antiguo
En la antigua Grecia el cabello largo era común, como lo demuestran numerosas esculturas que representaban a sus dioses. Comúnmente los niños espartanos cortaban su cabello, pero al crecer se lo comenzaban a dejar largo; mientras que entre los ciudadanos atenienses eran regulares las cabelleras largas para evitar ser confundidos con esclavos, quienes eran obligados a usar el cabello corto.
2. El dominio del cabello corto
El cabello largo se mantuvo vigente en buena parte de las culturas antiguas, Plinio el Joven escribió que los romanos mantuvieron el cabello largo hasta la introducción de las barberías, pero fue con Julio Cesar y su invasión de las Galias cuando todo cambió. El dictador romano obligó a sus soldados a mantener una cabellera corta por motivos estratégicos (el cabello largo podía significar una desventaja en el campo de batalla) y para diferenciarse de sus enemigos, quienes se caracterizaron por el cabello largo. El impacto fue tal que hasta la fecha todavía se sigue utilizando el corte “Julio César”.
3. El orgullo de América
En el nuevo mundo pareció que el cabello largo era la norma. Los mexicas creían que la mollera se asociaba con el pensamiento y la forma de ser de una persona, por lo que el cabello largo protegía a esta importante parte del cabello; mientras que, entre los mayas el cabello era uno de los elementos centrales del hombre, por lo que cortarlo era una especie de castigo. Por otro lado, varias tribus nativas de Norteamérica encontraron en el pelo largo una identidad cultural que continúa hasta la fecha.
4. Las cabelleras vikingas
La imagen estereotípica de los pueblos nórdicos consiste en un hombre musculoso, con barba, cabello largo y un casco con cuernos; si bien está demostrado que esta última característica se trató de una invención medieval para comparar a los vikingos con el Diablo, es claro que las largas cabelleras eran un motivo de orgullo, como lo demuestra Harald I de Noruega, quien fue apodado “Cabellera Hermosa”. A este tipo de apodos se le suman los artículos de belleza del periodo vikingo, en los que es común encontrar peines y diversas figuras de la época que representan a hombres con el cabello recogido.
5. Los reyes de pelo largo
Como si revivieran el estilo de los galos que combatieron a Julio Cesar, la dinastía merovingia, que gobernó en la actual Francia en el siglo V, se distinguió por su cabello largo, una anomalía entre los francos de la época. La obsesión era tal que el cabello corto podía alejar a un miembro de la familia real de su derecho al trono e incluso los cortes fueron utilizados para eliminar a rivales políticos.
6. Sin importar las restricciones
En las culturas orientales el cabello largo era común tanto para hombres como para mujeres con varios peinados y estilos. No obstante, en el periodo Edo se ordenó que todos los hombres se raparan la parte superior de la cabeza con el objetivo que fuera mas cómodo utilizar los cascos en combate. La restricción dio origen al Chonmage, un estilo de cabello en el que los hombres se dejaban el cabello largo y se rapaban la coronilla y el cual se convirtió en un símbolo de estatus.
7. Una extraña moda
Desde tiempos antiguos las pelucas fueron utilizadas para ocultar la calvicie, pero en la época victoriana se convirtieron en un símbolo de poder y estatus. Se cree que esta tendencia nació con Enrique III de Francia, quien comenzó a utilizar una peluca para ocultar su falta de cabello; sin embargo, esta influencia se propagó por las cortes europeas y para la época victoriana el cabello largo y blanco de las pelucas era la mayor tendencia en las clases altas inglesas.
8. Una muestra sagrada
En muchas culturas el cabello largo sigue siendo una muestra de respeto y con fuertes implicaciones religiosas, como lo manifiesta el sijismo y el Kesh, o la práctica de dejar crecer el cabello como una señal de respeto hacia la creación de Dios. En esta religión india son importantes cinco elementos, entre los que se encuentra el Kesh, un peine de madera (Kangha) con el que se cepillan por lo menos dos veces al día, y en lugares públicos cubren su cabellera con un nudo y un turbante.
9. Largo para mujeres y corto para hombres
El cabello corto se comenzó a concebir como exclusivo para los hombres después de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Antes de estos conflictos internacionales era común entre ambos sexos el cabello largo, pero los estragos en las trincheras, que obligaba a los combatientes a raparse por la proliferación de pulgas y piojos, y la figura del soldado como un ideal de masculinidad reafirmó la tendencia; en la edad industrial se fortaleció esto debido a que una cabellera larga podía significar un peligro al operar una maquinaria.
10. La rebeldía
Los sesenta fueron una década de desobediencia y una de las mayores formas de ir en contra de lo establecido fue dejando crecer el cabello, acabando de esta manera con el ideal de los cincuenta. En la música, los Beatles y los Rolling Stones encabezaron la tendencia, mientras que en la contracultura estadounidense los hippies adaptaron un estilo que confrontaba directamente a la autoridad. La rebeldía se expresó en otros grupos como una forma de orgullo, como en el Black Power, donde el cabello largo jugó un papel determinante para expresar el amor por la negritud que por años se negó.
